Finales para descartar lo malo

El fin de año puede ser un buen momento para poner punto y a parte a lo negativo

El fin de año es una de las fechas más destacadas en el calendario. Quizá sea la más compartida en el mundo. En muchos lugares se queman fuegos artificiales. En España se comen las doce uvas de la suerte. Se brinda con buenos deseos. Luce el oro y el intenso rojo.
Llueven intensamente chaparrones de felicitaciones, buenos deseos y prosperidad. Una vez que el calendario muestra un nuevo año se agiliza el ejercicio de saludos en forma de besos y abrazos. En ocasiones entre personas que de otro modo nunca lo harían. 

El fin de año es un final de ciclo idóneo para desechar las cosas malas. Plantearse cambiar los malos hábitos por buenos. Recuperar las buenas amistades, distanciarse o plantearse las malas o incompatibles. Se puede determinar esta fecha con tiempo para cerrar círculos. También es interesante quemar simbólicamente tanto material innecesario en nuestra existencia. Llegamos al mundo desnudos y si nada en las manos y así nos iremos. 
Los finales quizá sean buenos momentos para cerrar etapas, cerrar heridas, aunque estas bien sabemos que se sufren más de lo deseado. En ocasiones tomar decisiones dolorosas que auguraran continuaciones felices. Podar para permitir que nuestra estructura de supervivencia no se desplome debido a un peso desmesurado.
El año acaba y es un momento incisivo y destacado que se presta ideal para realizar acciones que en otro momento quizá vamos postergando indefinidamente.
Aprovecha ahora no lo  dejes para mañana, corta hoy con lo malo porque mañana es año nuevo.


Se valora mas lo bueno de los malos

En este mundo estamos los malos y los buenos.
En todo caso pongamos como ejemplo de bondad, la solidaridad. Hay personas que son más altruistas que otras. Mientras que unos no se mueven sino reciben algo a cambio, otros lo dan todo sin esperar nada a cambio.
Quiero detenerme en lo que esperamos de estas personas y como reaccionamos ante sus buenas acciones.
Cuando somos participes de una buena acción de una de esas personas que, por norma, actúan desinteresadamente, lo vemos tan común que hasta pasamos por alto dicha acción. De hecho creemos que es su obligación.
Sin embargo nunca exigiríamos responsabilidades a un insolidario que no realiza una acción de ayuda a los demás.
Pero demos la vuelta a la tortilla y aquí es donde se clava la espina. Donde se puede ver el factor equivocado de nuestra precepción:
Si una persona de estas que no tienen por costumbre arrimar el hombro realiza una buena acción. Nos producirá un efecto sorpresa y alabaremos más de la cuenta su buen hacer, aunque no tenga demasiado mérito, nuestro agradecimiento será mayúsculo porque, simplemente, no nos lo esperábamos.
Sin embargo, si el caso es que una persona que siempre ayuda, no ha ejercido la buena acción esperada (justificada o injustificadamente). Arremetemos contra ella sin piedad, muchas veces, sin detenernos y ponernos en su lugar. Porque una persona que tiene un buen corazón no se deja embaucar por principios que no son propios de su forma de ser, a no ser que haya algo secundario que los demás no podemos ver a simple vista.
Realizo este escrito ateniéndome a ejemplos de la vida cotidiana. Siempre tendemos a minusvalorar las buenas acciones de los solidarios y a engrandecer las de las personas que no hacen nada a cambio de nada.
Viniendo de una persona u otra, si es una buena acción no deja de serlo. Tampoco los buenos están mas obligados a ayudar que las otras personas que tenemos por malas.

Ponerse en el lugar de los demás

Para ganar, en la mayoría de las ocasiones, tenemos que llevarnos a los demás a nuestro terreno. Para vencer, tenemos que convencer. Convencer, según el diccionario de la Real Academia Española es Incitarmover con razones a alguien a hacer algo o a mudar de dictamen de comportamiento. Pero bien es verdad que hay ocasiones en las que las posiciones son tan distantes que no somos capaz de hacer ver que nuestros intereses son los mismos que los de las personas con las que queremos llegar a un acuerdo.

Está de moda la expresión ponernos las botas del otro y quienes consideran que esto no es de este modo. Imagino la incomodidad que supondría ponerme los zapatos de una persona que tiene un pie menor que el mio. Sobre todo si quiero caminar todo el día con ese calzado. Sería tratar de meternos en la otra persona con presión, cuando lo que realmente hace falta es comprensión. Es lo que la RAE define como "encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos del otro". 
Normalmente, toda conducta, toda forma de ser, toda actuación tiene una justificación. Quien opina de un modo tiene sus razones para hacerlo. En ocasiones no somos capaces de ponernos en su lugar, ni de entender porque esa persona se comporta de dicha manera. Quizá esa persona tampoco comparta nuestro parecer. Por ello tenemos que hacer un esfuerzo de ponernos en el lugar de los demás para hallar la lógica de su comportamiento y desde ese espacio llegar más adecuadamente a un entendimiento.
Ponerse en el lugar de los demás no es fácil, ni siempre posible porque son muchas las cuestiones que hacen que cada cual seamos como somos. Por mucho que queramos encontrar el porqué una persona es así, muchas veces se nos escapan detalles. El ser humano es inmensamente complejo, diverso, variado, exclusivo, único, maravilloso. 



Disfrutar de los merecidos elogios

Los elogios llegan para reconocer nuestras cualidades, méritos, buenas acciones y buen trabajo. Cuando somos regalados con palabras de otras personas, estamos siendo recompensados. Solemos recibir estos premios en forma de palabras, cariño y atención en diferentes momentos de la vida.  Ejemplos de las obras que motivan estas recompensan son: cuando somos madres/padres, cuando un proyecto funciona, cuando es conocido un buen trabajo, cuando realizamos una buena acción. 
Considero que es bueno disfrutar de esos merecidos homenajes. Es muy importante poner en valor estas vitaminas que, si asimilamos correctamente, nos fortalecen y nos motivan a seguir por el buen camino.
Otros ejemplos de estos premios humanos pueden ser: el caluroso aplauso que reciben los actores tras una puesta en escena, el abrazo entre amigos; las felicitaciones de quienes conocen y valoran un proyecto; los agradecimientos; y muchas otras muestras más de afecto, aprecio y reconocimiento.
Elogiar y dejarse elogiar es hábito saludable entre personas queridas, entre amistades 
Pienso que es bueno hacer uso y disfrutar de estas cuestiones, que cuanto menos despiertan una sonrisa y otro reguero de sensaciones, sentimientos y emociones. 


Saber irse a tiempo

Saberse ir a tiempo a veces es la mejor solución. En otras ocasiones quizás no.
Cuando pasamos un tiempo determinado, largo, realizando algo en ocasiones se plantea el dilema que nos hace pensar en cuándo tomar la decisión de poner un punto final. Puede ser en un trabajo, un puesto de responsabilidad, una determinada tarea de cualquier índole. El caso es que hay veces que cuesta decir adiós porque nos creemos imprescindibles en dicha tarea, pero a todo hay quien gane. Todos tenemos nuestros momentos de gloria. La cuestión es saber cuando estos tiempos acaban y si es mejor que se nos desplace desde fuera o seamos nosotros quienes decidamos irnos en el momento oportuno. Si nos quedamos más de la cuenta quizá nos despidamos en el peor momento o hagamos que la gloriosa despedida se convierta en nefasta.
¿Será mejor escuchar?: ¡es una pena que se haya ido!, o ¿será peor que digan?: ¡ya era hora de que se fuera.
El dilema o la cuestión se basa en darse cuenta si es bueno agotar los grandes momentos hasta que se difuminan o sí es más positivo dejar perder un espacio de fortuna para salir de ese terreno dejando una sensación positiva.
El caso es que en ocasiones puede ser muy buena idea el preparar un fin con éxito asegurado, en vez de dejarse llevar por la improvisación.






El antifaz de la vida

En fechas como el Carnaval, u otros momentos, en que podemos salir a la calle disfrazados, afloran muchos sentimientos que normalmente permanecen dormidos. Disfrazarse para dejar brotar algunas cuestiones dormidas puede tornarse beneficioso para quien lo experimente. 
Aunque ha quedado muy atrás el día de Carnaval, como ejemplo recuerdo ver aflorar un espíritu juvenil inusual en personas mayores que se encontraban camufladas por antifaces cualesquiera. Me gustó ver que esas personas se sintieron ese día más jóvenes de lo que son.
Quizá los disfraces nos permiten comportarnos de forma diferente a como la sociedad espera que lo hagamos. Esta suposición me hace plantear la posibilidad de que, siempre y cuando no hagamos mal a nadie: nos comportemos como realmente queramos, aunque la sociedad espere otra cosa; que derrochemos un espíritu juvenil, tengamos la edad que tengamos, que derrochemos cordialidad y cortesía, aunque no conozcamos a quien nos encontremos en nuestro camino; que seamos amables con cualquier persona; que nos permitamos el lujo de hacer el bien sin mirar a quien;..







Nunca nada volverá a ser igual

Nunca nos encontraremos en la misma situación que ya hemos vivido. Nuestra vida nunca será igual, Las personas con las que convivamos no serán las mismas ni del mismo modo. Por mucho que lo intentemos, nunca volveremos a vivir la misma situación. Nunca conoceremos una persona igual, ni tendremos el privilegio de revivir una excelente experiencia pasada exactamente del mismo modo. No sería nada igual, incluso si volviéramos a un trabajo pasado. Tampoco sería lo mismo que antes si nos reencontramos con una persona con la que mantuvimos un estrecho vínculo (puede ser de amistad o de otro tipo). Nunca nada volverá a ser igual. 
El tiempo pasa, y todo evoluciona, cambia.. Incluso nosotros también somos diferentes, no pensamos igual y actuamos de forma distinta. Responsables de esta mudanza son muchos factores, entre los cuales están nuestra experiencia acumulada, nuestro tiempo vivido, las personas conocidas, el entorno en el que estamos y en el que nos hemos movido, incluso los libros que leemos o los medios de comunicación mediante los cuales nos informamos, aparte de muchas otras cosas más.
En todo esto hay un factor importante, que es nuestra mente inteligente; nuestra psicología y naturaleza humana. Todo ello volcado siempre en favor de nuestro bienestar. 
Opino que aquí entra en juego el buen recuerdo. En nuestra memoria quedan esas buenas experiencias, situaciones o personas de una forma idílica. De ellas sólo guardamos lo bueno, lo que queremos recordar. Es igual que sucede con las fotografías, normalmente eliminamos o rompemos aquellas que no nos gustan, en las que no salimos bien o que nos traen malos recuerdos. 
Por ello pienso que recordamos lo mejor y de un modo tan bueno o positivo que parece perfecto, tanto que nos gustaría volver a ello. Pero si no queremos desilusionarnos o perder el tiempo es mejor desistir en ese querer volver a encontrar lo mismo e invertir esas ganas e intenciones de hacer que el presente y el futuro sea mejor. Podemos volcarnos en las mejores vivencias, escoger los momentos más propicios, relacionarnos con las personas más acordes a nosotros, trabajar en lo que nos gusta, y/o contribuir en que los malos momentos sean lo más leves y confortables posibles. 
El pasado nos sirve para aprender de aquello vivido, revivir los buenos momentos y poder ofrecer ese testimonio al mundo que nos rodea.
En definitiva, los recuerdos son recuerdos y tenemos un futuro por construir con nuestras acciones y omisiones. 


PD: "Aquellos que pasan por nosotros, no van solos, no nos dejan solos. Dejen un poco de sí, llevan un poco de nosotros." Antoine de Saint-Exupéry

"Aqueles que passam por nós, não vão sós, não nos deixam sós. Deixam um pouco de si, levam um pouco de nós." [ Antoine de Saint-Exupéry https://www.frasesfamosas.com.br/frases-de/antoine-de-saint-exupery/ ] (aportada por Pedro Rafael Gomes)

Nota de Teresa Nicolau:
Maravilhoso Jorge! A frase com que encerras, citação de Exupéry, costumo usá—la quando assino livros de honra de falecimento de pessoas muito queridas na minha vida. É, portanto, muito especial. Muito mesmo!
E aqui deixo—te também uma dica de pensamento filosófico que encaixa na perfeição no teu raciocínio: «Um homem nunca se banha duas vezes nas águas do mesmo rio» (frase de Heráclito de Éfeso). Parabéns
[Nada disto são reflexões minhas, mas conhecimentos que me foram transmitidos no ensino]


O presente contém o passado e o futuro. O agora é já o futuro na urgência de chronos. O passado e o futuro não são mais do que o presente. Aquilo que se nos oferece. Uma oferta para viver. 





El impulso de la primavera

A veces nos olvidamos que las personas, los seres humanos también formamos parte de la naturaleza, al igual que las plantas y los animales. La madre tierra, también otros planetas, pero sobre todo los fenómenos naturales que se producen en el globo terráqueo influyen en nosotros como personas, aún cuando permanecemos sumergidos en el interior de las más artificiales ciudades. 
Uno de los fenómenos que podemos disfrutar en muchas partes del mundo es el impulso de la primavera. Esta estación del año, la primera, la del inicio se puede ver muy claramente en los árboles o plantas que despliegan sus fuerzas acumuladas en llamativas flores. 
Nosotros, como personas, seres humanos inteligentes y razonados, también podemos aprovechar el impulso de la primavera y florecer. Deberíamos rebrotar en valores positivos, actitudes beneficiosas para nosotros y para los demás, actos generosos y acciones provechosas.
Podemos replantearnos cada primavera nuestra vida de un modo más eficiente. Podemos reformular nuestras relaciones hacia los demás bajo un criterio más saludable. Reafirmar nuestras actitudes, nuestro modo de vida de un  modo más fructífero, que nos genere mayor disfrute y felicidad. En definitiva, aconsejo dejarnos contagiar por la primavera.


El impulso del amanecer y el atardecer

El comienzo de un día es un momento idóneo para salir a la calle y verse influenciado positivamente por este fenómeno. También tiene sus beneficios contemplar los atardeceres. Normalmente son momentos que nos transmiten sensaciones y emociones. 
Recomiendo aprovechar el amanecer por ejemplo para hacer deporte en el exterior. Resulta muy agradable ser partícipe de ese tiempo en el que la noche da paso al día, la luz toma el relevo a la oscuridad. En ocasiones se puede ver el sol resplandeciente, en otras las nubes ocultan al astro rey. Pero siempre se produce un efecto positivo en nuestras emociones. 
Aprovechar este tipo de fenómenos naturales y gratuitos resulta francamente positivo para nuestro rendimiento diario. También es algo que nos impulsa y nos hace aprovechar más el tiempo porque podemos comenzar la jornada desde el minuto cero con energía. 
¡Qué mejor energía que la transmitida por el sol!



Ayudar a través de nuestra situación de superioridad

Pienso que ciertamente es malo que una persona robe porque lo necesita para comer, por su necesidad y porque es mejor pedir que quitar, pero comparativamente considero mucho peor e incluso realmente preocupantes quien utiliza su superioridad para aprovecharse de los demás. 
La superioridad puede verse en diferentes áreas. Puede ser que sea a nivel económico, a nivel político, a nivel autoritario. Podemos estar en un estatus superior en relación a otras personas dado que tenemos un puesto de responsabilidad, un trabajo público, o una seguridad familiar, local,.. es decir pienso que una persona que es de un lugar frente a un inmigrante esta en un nivel de seguridad superior porque tiene mucho ganado en ese sentido. También los profesores están en un nivel de superioridad frente a los alumnos, los sacerdotes frente a los feligreses, los jefes frente a los empleados, los cargos directivos, las autoridades, los servidores públicos,.. Son modos de estar en grado de superioridad. También puede ser un estatus de superioridad el de personas que poseen recursos propios por los que otras personas tienen que pagar, por ejemplo quien tiene una vivienda en propiedad frente a quien la tienen que alquilar. El periodista tiene superioridad frente a quienes no tienen la oportunidad o no quieren hacer uso de los medios de comunicación, pero sobre todo tiene la responsabilidad de ser deontológicamente correcto. 
Estos son ejemplos de niveles de superioridad que no critico porque son necesarios y que también implican una responsabilidad. Quienes ostentan cargos de responsabilidad deben de dar ejemplo. No es posible que un político o un funcionario público haga uso de favoritismos, ni para el, ni para sus amistades ni familiares, por contrario, pienso que deberían de intentar favorecer a todos, facilitando las cosas. También considero que en este sentido se debe actuar desde otros diferentes estatus de superioridad.