La vida no necesitas del estrés malo. Ni esa sensación de desasosiego constante entra en los cabales del ritmo natural, por ello, hay que desecharlo. Basta con darse cuenta de lo largo que es el tiempo para evadirse por completo de la palabra y de los efectos del estrés. En el día tenemos 24 horas, de las cuales no necesitamos trajabar o estar haciendo actividades todas en su conjunto, ni podemos. Por ello, los minutos de descanso y de reflexión son necesarios y nunca hay que desestimarlos.
Esa deficiencia que tanto nos angustia, llamada estrés, se produce cuando queremos realizar una actividad en un tiempo record, algo innecesario y totalmente ilógico salvo que se trate de un vida o muerte, en cuyo caso el estrés se produciría pero como un fenómeno diferente para el cual no hace falta estar entrenado.
Cuando a diario echamos mano del estrés, dejamos pasar momentos únicos, no disfrutamos de la esencia de ese tiempo, se producen fallos en nuestra conducta como el mal humor o las malas caras.
Muchas facetas de nuestra vida nos mueven al estrés, pero nosotros debemos ser suficientemente adultos para hacer un paréntesis y romper ese estrés artificial e innecesario. El tomarse un Kit-Kat no de chocolate, sino de tiempo conlleva desarrollar una vida más saludable contigo mismo y con los demás.
Pruébalo y veras como cuando desaparezca tu estrés artificial notas el de las personas que lo siguen teniendo como una cualidad innecesaria y muy perjudicial para el ser humano.