Rodearse de buena gente

Cuando te rodeas de buena gente, la suerte te sonríe. Ya lo dice el refrán: "quién a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija".
Normalmente las buenas personas se acercan a las buenas personas. Lo cierto es que nadie se considera malo, pero a veces actuamos mal hacia nosotros mismos o hacía los demás. En esos casos las cosas suelen torcerse fácilmente. Razón por la cual es mejor ver el vaso medio lleno. 
En el momento en que nos acercamos a personas que nos facilitan las cosas, gente que ayuda en vez de poner la zancadilla, seres humanos que luchan por el bien de todos, el camino se allana. 
Nosotros somos responsables de nuestras acciones, también somos quienes decidimos nuestro rumbo a seguir. Eso sí, hay ocasiones o momentos en los que hay fuerzas que nos dominan y nos llevan hacia nuestra propia autodestrucción o nos conducen en direcciones opuestas a nuestros objetivos. En esos momentos, esas buenas personas que nos rodean, los amigos de verdad, los familiares que nos quieren, nos pueden ayudar a reaccionar y rectificar a tiempo. Por esto y más, es tan importante rodearse de buena gente.