La gran fuerza del Año Nuevo

Cada 365 o 366 días, según mande el calendario, hacemos un punto de inflexión. Cerramos un ciclo para abrir otro. Es el fin del año y el comienzo de uno nuevo, un momento crucial en nuestras vidas. Lo celebramos a lo grande, reunidos con seres queridos y comemos las doce uvas para atraer la suerte a nuestras vidas. Todos queremos comenzar con buen pie el nuevo año. Algunos hacemos un balance del año que termina. Otros nos marcamos propósitos o metas para cumplir en el año que entra. El año es muy largo, pero en ocasiones, algunas de esas metas quedan en el olvido, o se van postergando por otras prioridades, por otras preocupaciones o por simple dejadez. Lo importante es intentarlo y reintentarlo, conseguirlo, pero sobre todo disfrutarlo.
El Año Nuevo es un momento crucial en nuestras vidas, pues nos sirve de impulso, a veces para emprender proyectos materiales, también para cuestiones que tienen que ver con nuestro bienestar físico o emocional. Sin duda alguna, también redunda en nuestra mejora personal el marcarnos objetivos más espirituales y actitudinales. Ser mejores personas, perdonar, olvidar y dejar atrás errores propios o ajenos. Ser más buenos con nosotros mismos y con los demás. Ser mejores nos beneficia en todos los ámbitos. Lo predican las religiones y parece ser una norma que funciona.
El Año Nuevo marca un antes y un después, es un punto de referencia que tomamos muchas personas. El cumpleaños también es un punto de inflexión, pero afecta a menos personas a la vez, es decir, sólo a las personas que cumplen el año en el mismo día, y no todos lo tomamos del mismo modo. Puntos de referencia, podemos tener y marcar cuando queramos, incluso los hay por localidades, por ejemplo en la fiesta grande o en fechas concretas; familiares, en momentos destacados como las bodas u otra serie de encuentros. La diferencia que hay con el Año Nuevo, es la universalidad de este, que es un punto de referencia prácticamente global, que no se toma en el mismo y exacto momento en todos los países por el cambio de horario, pero si en tiempo muy próximo.
Nuestras intenciones, nuestros deseos, nuestras ilusiones, la preparación y las celebraciones son las que convierten en un hito especial un momento del año que podría ser igual al resto.
Los comienzos de año son un punto y seguido en las vidas de millones de personas, aprovechémoslo para mejorar el mundo,  ser más justos, mejores para con los demás y con ello, para nosotros mismos.