Una pausa siempre viene bien

Cuando el estrés entra en el cuerpo. Ese momento en que las ocupaciones, preocupaciones, estudios, las tareas y hasta el tiempo se echan encima y se apoderan de las personas, la vitalidad empieza a resentirse y se pierden cualidades físicas, psíquicas y habilidades y destrezas, es conclusión, la vejez se echa encima. De ahí que una vez metidos en una situación de estrés que pueda hacerse con el control de nosotros mismos, lo mejor sea detenerse. Parar, encontrar un sitio cómodo, neutral, y a ser posible relajado y apartado del resto de personas para no pensar en nada y en ese no hacer nada, encontrarse con uno mismo y poder volver a empezar de cero.

Hay momentos de estrés por exceso de trabajo, porque se echa el tiempo encima para la entrega de un trabajo o llega un examen y no estamos preparados, también hay momentos de estrés cuando estamos sin empleo y buscamos infructuosamente. Pasa el tiempo y la solución no llega. 
Estrés sumado a exceso de forzar las intenciones puede hacernos no llegar a ninguna parte, por eso, en muchas ocasiones es mejor resetear, apagar el sistema, parar no pensar en nada y dejar el tiempo pasar para que cuando estemos listos, quien sabe cuando, sin prisa volver a empezar y en esa ocasión sí, hacerlo despacio y bien. 
Para frenar y descansar siempre hay tiempo.